Algunas notas sobre las investigaciones

(Fuente: Diario de Noticias de Álava)

La arqueología está comenzando a arrojar algo de luz a las muchas preguntas sin respuesta que suscita el entorno del santuario de Santa María del Yermo en Llodio. Pese a la existencia de documentación en los archivos históricos, éstos no terminan de aclarar a los expertos por qué existe una talla del siglo XIII en un templo del siglo XV, por qué es un santuario al que se peregrinaba, o los motivos de las muchas contradicciones existentes entre esta construcción y un entorno social, cultural y económico que corresponde más a la Alta Edad Media, con una riqueza medioambiental indiscutible y plagada de evidencias etnográficas y de patrimonio.


La respuesta que a cualquier profano en la materia se le viene a la cabeza es la misma que intuyen los arqueólogos: “Aquí había un templo anterior”. Pero claro, hace falta demostrarlo. Y en ello andan los integrantes del Grupo de Investigación en Patrimonio Construido de la Universidad del País Vasco, dirigidos por Sergio Escribano, que se encuentran muy ilusionados con lo que hasta ahora han descubierto, porque todo indica que tenían razón, “aunque es pronto para asegurarlo”, apunta el director de la intervención. De momento, sólo han realizado dos sondeos de 12 y 20 metros cuadrados cada uno, con niveles de excavación que oscilan entre los 20 y los 60 centímetros, tanto en el exterior como en el interior del templo. En el primero, junto a una zona anexa al campanario, por donde supuestamente discurría el antiguo camino, tras la retirada de la tierra vegetal superficial se ha logrado documentar una superposición de caminos.

La ilusión no se queda ahí, ya que en el interior, concretamente bajo el coro del templo, ha salido a la luz una necrópolis con dos tumbas junto a la puerta vieja que, en base a las primeras estimaciones, podrían ser del siglo XII. Por otro, también se ha descubierto un nivel de suelo de arcilla batida y posteriormente quemada, que era lo que se utilizaba en la época medieval. Aparte, el equipo de la excavación está a la espera del análisis de una moneda encontrada en la zona superior del enterramiento para poder datar con exactitud el hallazgo. 

Otra de las cosas que tiene sorprendidos a los expertos es que en la excavación han encontrado tres monedas a diferentes niveles, y pocos restos cerámicos, que “suele ser lo más habitual al tratarse de un material que no se desintegra”, explican. Al tiempo, insisten en que “lo importante de este hallazgo no radica en el par de tumbas, sino en que están cortadas para construir el nuevo templo, evidenciando que teníamos razón en lo de la posible existencia de una construcción anterior, aunque todavía no hayamos encontrado restos de las paredes, para entendernos”. La elección de estos puntos para efectuar la intervención tampoco es cosa del azar, sino que ha habido una importante labor de estudio previo. “La arqueología está sirviendo para corroborar y dar respuesta a las preguntas más difíciles de contestar desde los archivos, pero no hemos actuado a ciegas. Ya existe un estudio de la evolución constructiva de Santa María del Yermo efectuado por Ana Álvarez, y la búsqueda documental seguirá de cara a elaborar un catálogo del arte mueble, sobre el que nuestros compañeros del departamento de Topografía trabajarán para ver cómo se pueden aplicar sus técnicas a la realización de recreaciones en tres dimensiones que se colgarán en Internet para que la gente pueda consultar lo encontrado”, adelanta Escribano.